sábado, 26 de diciembre de 2009

Desde la Noche


Desde la noche.
Marco Antonio no llegó a cenar a la casa, trate de decir y vender la idea en casa de que se había ido con Paco a comer tacos, pero no pude mentir, mi madre sabía perfectamente que era por tener intimidad con su novia. En el comedor todos evitaban un tema para conversar porque sabían que mi madre estaba muy afectada para poder entablar una plática, su hijo de tan solo 16 años estaba haciendo algo que no solo para mi madre era preocupante, era una etapa nueva en la vida de mi hermano menor, era el momento en el que empezaba a comportarse como hombre, era el momento en que descubría un cuerpo femenino, era el momento en el que encontraba en otro cuerpo el calor que podía complacer a un género masculino.
Todos miraban sus vasos y rechinaban el tenedor en el plato, hasta que mi mamá observó a Damian, el mayor de los cuatro con unos ojos imperativos que no tuvo mas remedio que parase de la mesa y despedirse.
Mi madre se levantó a la cocina y se recargó con sus dos manos en el lavabo, todos queríamos verla, queríamos saber si estaba bien, estuve a punto de decirle que era normal que en estos tiempos a esa edad tuvieran su primera experiencia sexual, pero me detuve al ver su rostro de enojo, de rabia.
De pronto e abrió la puerta de la casa, era Marco, tenía una cara diferente, el rostro estaba lleno de sudor y parecía que hubiese visto algo desagradable. Saludó a mi madre e inmediatamente se subió a su cuarto.
Nadie dijo nada, nadie quería comentar, el silencio era el único existente en el comedor y la cocina.
Yo que tengo una buna comunicación con el, subí inmediatamente a platicar con el, tenía nervios, como si el niño con el que platicaba muriera y renaciera en el un hombre mayor, con ideas diferentes, con anhelos diferentes.
Empezamos a platicar y comencé a darme cuenta de que mi hermano tenía otras preferencias sexuales y que realmente su novia no existía y que era como un pretexto para que mis padres anticuados no le preguntaran a donde iba, su amigo realmente creo que ya no lo era, ahora era parte de su nueva experiencia, jamás olvidaré en el momento en que me platicaba todo, a pesar de que yo pensaba otra cosa totalmente diferente de el, me di cuenta que el amor que le puedes tener a un hermano es lo mas importante, esa noche no importaba si era mujer o hombre el que había probado el sudor de Marco, si no que el ya no era el mismo, el ya había crecido.

Mirábamos las estrellas desde su ventana y reíamos como cuando éramos niños, desde la noche de marzo del 2008 mi hermano sabe que estoy ahí para escucharlo y quererlo como siempre.